El huevo,

¿aliado nutritivo o conspirador del colesterol?

Desvelando la verdad

detrás del debate

Son frecuentes las creencias, respaldadas incluso por algunos médicos desactualizados, de que el huevo es propenso a causar aumento de peso, elevar el colesterol y perjudicar la salud.

¿Cuántas veces escuchamos el consejo de no excederse de 2 huevos por semana?

En este blog, vamos a desvelar la verdad detrás de este controvertido tema.

¿2 huevos por semana? ¿De dónde viene este mito?

El huevo puede ser un gran aliado para tu dieta

En primer lugar, es importante destacar que el huevo aporta menos calorías que una manzana (con la ventaja adicional de brindar mayor saciedad).

Además, está repleto de proteínas y grasas de excelente calidad, que se digieren fácilmente.

Esta combinación de nutrientes hacen del huevo un aliado inmejorable para bajar de peso y para aumentar la masa muscular.

Los huevos poseen grasas de altísima calidad

Contrario a la creencia común, las grasas presentes en el huevo no solo no resultan perjudiciales para el organismo humano, sino que son mayormente insaturadas, y contienen una gama de vitaminas y antioxidantes.

Estas previenen diversas enfermedades, fortalecen el cerebro y el corazón, y contribuyen a la producción de hormonas.

¿Y qué hay del colesterol?

Numerosos estudios han desacreditado la noción de que el consumo de huevos aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El colesterol presente en el huevo no es perjudicial y no repercute de manera significativa en los niveles de colesterol en la sangre.

El consumo de huevos no aumenta el nivel de colesterol en sangre

Entonces, ¿cuántos huevos se pueden consumir?

Aunque no existe una cifra precisa, podemos afirmar con seguridad que es considerablemente más que la recomendación de 2 huevos por semana

¿Por qué no 2 huevos

por mañana?

Sería un excelente

punto de partida.

¿Cuál es la mejor forma de consumirlos?

En cuanto a la mejor forma de consumirlos, todas las opciones son válidas: ya sea cocidos, revueltos, fritos (utilizando grasas saludables), en tortilla, etc.

Sin embargo, para aprovechar al máximo sus nutrientes, se recomienda cocinar bien la clara y dejar la yema cruda.